Kawasan Falls

Imagina unas enormes cascadas de un azul tan intenso que sea difícil dejarlas de mirar, con varios niveles en los que se pueda nadar y el agua fresquísima y extremadamente refrescante. Imagina ahora, que este lugar tan bonito está situado en el enclave perfecto, una zona de jungla en la que los varios tonos de verde terminen de pintar una estampa perfecta. Ahora, mira estas fotos de Kawasan falls… ¿Imaginabas algo así?

Este idílico lugar se encuentra en Badian, un pueblo a 130 km de Cebu, pero queda algo más cerca de la turística Moalboal, una población costera con playa y conocida por los buceadores por tener varios puntos de inmersión cercanos. Cerca de su costa se pueden observar bancos de sardinas, atunes, barracudas y tortugas, tiburones de arrecife de punta blanca o más de 400 especies de coral duro en la famosa isla Pescador. Y dicen que si tienes mucha suerte, puedes ver incluso al majestuoso tiburón ballena.

Como ya he comentado, estas cascadas se encuentran en el municipio de Badian, concretamente en el barangay Matutinao y se accede a ellas desde la carretera que va de Moalboal hacia el sud, en dirección a Bato.

La entrada es fácil de reconocer, porque aparte de un cartel enorme, alguien se acercará a ti para ofrecerte sus servicios como guía y si vas en moto, por 50 pesos puedes aparcarla allí mismo.

El acceso a las cascadas es igual de bonito que éstas: por un estrecho camino que bordea el río, uno va recorriendo y subiendo los 1,5 km a la sombra de la espesa vegetación, aunque la cantidad de gente con la que se tropieza avisa de que se trata de un lugar muy turístico.

El primer nivel de la cascada es el más concurrido. Sobre una enorme balsa azul, unas plataformas de bambú transportan a los visitantes hacia el chorro de las cascadas en las que se quedarán empapados.

El siguiente nivel está muy alto, por lo tanto el agua cae con fuerza, ¡prepárate para recibir el impacto si te animas a montar en el invento! Eso sí, son 300 pesos por viaje a repartir entre la gente que monta… Si no quieres pagar, siempre tienes la opción gratuita que es tirarte a nadar.

Sin embargo, la belleza del lugar queda eclipsada por un restaurante que han metido ahí “con calzador”. O sea que no pega ni en cola y encima es carísimo…

Muchísima gente se queda ahí y no sigue ascendiendo, por eso, si quieres nadar tranquilamente en una de las piscinas te recomendamos que subas hasta que llegues a la última, la más alta.

La subida no es complicada ni cansada, por eso nos extrañó bastante encontrar tan poquita gente arriba del todo. Un chapuzón ahí arriba es la mejor recompensa. Además, si eres de los que les gustan las actividades que hagan correr la adrenalina, por unos cuantos pesos te darán un chaleco y un casco y puedes saltar desde un par de alturas al agua!